Día mundial del ictus

El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus (World Stroke Day), que tiene por objetivo sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad, sus consecuencias y difundir medidas de prevención para reducir el riesgo de infarto cerebral. Algunas organizaciones como la Federación Española del Ictus, la Asociación Freno al Ictus y la Sociedad Española de Neurología, celebran este día con el objetivo de dar a conocer a la población la importancia de la rehabilitación tras el ictus, vivir con unos hábitos de vida sana y el abordaje de esta enfermedad desde muy temprano.

Un ictus es un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede ser producido por obstrucción (85% de los casos) o por hemorragia (15%), siendo la primera causa de mortalidad entre las mujeres españolas y la segunda en los varones, además, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia según datos del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (GEECV-SEN).

En cifras, según la Federación Española de Ictus, 40.000 españoles mueren anualmente por esta causa. Al año se detectan unos 120.000 casos nuevos en nuestro país y se estima que cada seis minutos se produce un ictus. En torno al 30% de personas que sufren un episodio de ictus fallece y cerca de un 40% tienen graves discapacidades.

Un ictus es siempre una es una emergencia sanitaria que requiere atención urgente en las primeras 3-6 horas, por lo que se recomienda llamar a emergencias para que se active el código Ictus y no trasladar al paciente al hospital por medios propios. La identificación inmediata y actuación precoz de un ictus es crucial en la evolución del enfermo, ya que se ha demostrado que los pacientes tratados desde el primer momento logran una recuperación casi total o con muy pocas secuelas. Además, por cada 15 minutos que se adelanta la primera intervención, disminuye un 4% el riesgo de discapacidad y también en un 4% la mortalidad.

En los últimos 20 años, la mortalidad y discapacidad por ictus ha disminuido, gracias a la mejora en la detección precoz y el control de los factores de riesgo. Pero aun así su incidencia sigue aumentando.

Es fundamental entonces, reconocer los síntomas de un ictus, ya que las primeras horas son cruciales para su buen pronóstico. Algunas de las señales de alarma más significativas son las siguientes:

  • Pérdida repentina de fuerza o visión (generalmente de un lado del cuerpo)
  • Desviación de la comisura de la boca
  • Dificultades de expresión y del lenguaje
  • Pérdida de sensibilidad
  • Pérdida brusca de la estabilidad y del equilibrio
  • Dolor de cabeza intenso, de inicio brusco

Los factores de riesgo de esta enfermedad dependen del riesgo vascular, de la edad, del sexo y de la predisposición familiar. Podemos actuar de manera preventiva vigilando la hipertensión arterial, cardiopatías, fibrilación auricular, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. Es por ello es aconsejable llevar una vida saludable:

  • Consumir frutas y verduras (alimentación sana y equilibrada)
  • Evitar el consumo de alcohol y tabaco
  • Hacer ejercicio con regularidad
  • Controlar los niveles de azúcar
  • Controlar los niveles de colesterol
  • Vigilar la tensión arterial

RECUERDE: El ictus es una emergencia médica

Ante la sospecha de esta situación no puede perder el tiempo porque equivale a perder tejido cerebral: póngase en contacto inmediato con emergencias sanitarias llamando al teléfono 112