Efectos de la luz azul de las pantallas en nuestra piel

Cada vez más personas son conscientes de los daños que producen los rayos UVA y UVB en la piel y se protegen efectivamente de ellos.

Ahora, los expertos nos advierten del riesgo que supone la exposición sin protección a otro tipo de radiación, conocida como luz visible, que también se ha revelado como un agente negativo para la salud cutánea. Esta luz visible, no es más que la pequeña porción de radiación, dentro del espectro electromagnético, que el ojo humano es capaz de detectar. Suele relacionarse con la luz del sol, cuyos efectos dañinos para la piel son muy conocidos por todos, sin embargo, no es tan habitual saber que las bombillas de casa o las pantallas de los dispositivos electrónicos como smartphones, televisores, ordenadores o tabletas, también producen luz visible. El 40% de esta radiación visible emitida por los dispositivos es luz azul.

La luz azul puede penetrar la piel provocando daños en sus capas más profundas. Por ello, teniendo en cuenta la cantidad de horas que la mayoría de las personas pasan delante de las pantallas, conviene conocer cómo actúa y sus consecuencias para la salud cutánea.

Las pantallas emiten luz azul de una forma más intensa y las exposiciones cada vez son más prolongadas. Una advertencia a tener muy en cuenta en la situación actual de pandemia que vivimos porque la exposición a móviles, ordenadores y tabletas se ha disparado por el teletrabajo, las reuniones y clases online… Todo es mucho más virtual.

Si bien la luz que recibimos de los dispositivos móviles es mucho menos energética y sus efectos para la piel no son comparables, todo suma. Sus rayos son capaces de penetrar en la piel a mayor profundidad que los rayos UV y pueden dañar las células epiteliales produciendo los siguientes efectos:

Deshidratación: La luz azul es capaz de provocar una disminución en las acuaporinas, moléculas que se encargan de mantener los niveles de hidratación de la piel. Por lo tanto, se disminuye la capacidad de retener agua, acelerando así el envejecimiento prematuro de la piel.

Arrugas en la piel: Los efectos de la luz azul fomentan el descontrol y la desorganización de las enzimas conocidas como metaloproteinasas, por lo que  se destruye la matriz extracelular, lo que da lugar a una degradación del colágeno y la elastina, produciendose una pérdida de firmeza y elasticidad favoreciendo la aparición de arrugas en la piel.

Manchas en la piel: Exponerse muchas horas a la luz azul estimula la activación de los melanocitos, lo que incrementa la cantidad de melanina en la piel, favoreciendo la hiperpigmentación.

Envejecimiento prematuro: La luz azul estimula la formación de radicales libres, que dañan la matriz extracelular. La piel pierde firmeza y aparecen arrugas. Además, su acción es capaz de alterar la estructura de los fibroblastos, encargados de estimular el colágeno que mantiene la piel firme y luminosa. El estrés que provoca la luz azul en las células es capaz de perdurar hasta 48 horas después de la exposición.

Cansancio: El uso continuado de dispositivos provoca insomnio debido a la sobreexcitación lumínica que recibe el cerebro durante todo el día. La falta de descanso produce deshidratación y disminución de la síntesis de colágeno, con la consiguiente pérdida de luminosidad y firmeza.

Las pantallas son necesarias para trabajar, comunicarse, mantenerse informados o entretenerse. Sin embargo, conviene protegerse de la luz azul que emiten y reducir en la medida de lo posible la exposición a esta radiación. Al igual que es recomendable colocar en las pantallas un filtro que limite la emisión de luz azul del ordenador o del móvil, es importante usar productos que actúen protegiendo la la piel.

Puedes controlar la exposición a la luz azul de alguna de las siguientes maneras:

  • Alejando las fuentes LED del rostro:
    • Utiliza manos libres para el móvil
    • Aleja la pantalla del ordenador en la medida de lo posible
  • Utilizando el modo nocturno de la pantalla del móvil, ya que emite menos luz que el modo normal
  • Utilizando protectores solares que tengan filtros para la luz visible, aún dentro de casa, si no puedes reducir la exposición a luz azul. Tenemos muy interiorizado que debemos protegernos la piel si nos exponemos a la luz solar. Pero no tenemos la misma actitud si nos ponemos frente a un ordenador
  • En la rutina diaria de cuidado personal no deben faltar los productos hidratantes con fórmulas ricas en antioxidantes, la vitamina C, el ácido ferúlico o la vitamina E, capaces de combatir el de los radicales libres