El big data y la salud

En una época en la que se genera una cantidad increíble de datos. Para que estos datos sean útiles han de convertirse en información. Y ahí es donde entran el big data, el data mining y el data science. En la investigación y la salud todos esos datos, bien manejados y gestionados pueden hacer que la investigación progrese de una manera más rápida y eficaz y que la medicina sea también mucho más eficiente. Pero esta enorme cantidad de datos también presenta una serie de retos, como es la gestión de la privacidad, el almacenamiento y la accesibilidad desde centros remotos.

En todo lo que rodea a la sanidad hay muchas fuentes de datos que dan lugar a una cantidad tremenda de información. En el sector de la salud se generan desde datos estructurados (los nombres de los pacientes, sus valores analíticos) hasta datos desestructurados (como las anotaciones médicas, las radiografías, los informes médicos). A esto hay que añadir la gran cantidad de información sobre nuestra salud que generan hoy en día los wearables. Se estima que la información biomédica de la que se va a disponer se va a multiplicar por dos cada año y medio durante los próximos años, suponiendo un gran reto la gestión y la obtención de información útil a partir de estos datos. Toda esta enorme cantidad de datos nos puede aportar muchísima información relevante, que se puede utilizar para lo que se llama la medicina personalizada (prevención de enfermedades, personalización de los tratamientos, un mejor seguimiento de los pacientes crónicos).

Un ejemplo muy reciente de todo esto es el desarrollo del Smart Lollipop. Un equipo médico de Cataluña ha desarrollado un dispositivo con forma de piruleta que detecta enfermedades a través de la saliva. De esta manera, se facilita la realización de pruebas diagnósticas en la población infantil. Consiste en un caramelo inteligente que diagnostica patologías a través de una muestra de saliva y que digitaliza la respuesta en una plataforma online. El paciente debe comer el caramelo durante tres minutos aproximadamente y el dispositivo recolecta la saliva, consiguiendo que llegue hasta un biosensor. Finalmente, el caramelo se conecta a un lector óptico para la digitalización del diagnóstico. El dispositivo puede detectar hipercolesterolemia y celiaquía, pero están trabajando para añadir más líneas de diagnóstico.

Fuente: Innovation4Kids

 

Se trata de un avance muy importante, ya que cada año las enfermedades cardiovasculares se cobran la vida de más de 120.000 personas en España y el 42% de estas muertes están relacionadas con la hipercolesterolemia, según un estudio realizado por la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación. Mientras que más de la mitad de las personas que padecen celiaquía lo desconocen.